Marta tiene 36 años y vive en Valencia. Desde 2021, gestiona una tienda online de ropa femenina —prendas ligeras, atemporales y producidas por modistas locales.

El negocio fue creciendo poco a poco, pero para dar el siguiente paso, sabía que necesitaba invertir: renovar su página web, comprar materiales en mayor volumen y contratar a alguien para ayudar con los envíos.

En los últimos meses, Marta notó que sus ventas estaban estables, pero limitadas por su estructura actual. Necesitaba inversión, pero:

Fue entonces cuando, buscando en internet, encontró la plataforma Creditio.

Al principio tuvo dudas. Marta nunca había utilizado comparadores de crédito y le preocupaban los fraudes o las condiciones ocultas. Pero al explorar Creditio, identificó algunas señales de confianza:

Después de completar un formulario sencillo con sus datos personales y financieros, Marta recibió varias propuestas. Una en particular le pareció adecuada:

Esto le permitía tener cuotas mensuales accesibles, con claridad sobre el coste total, y lo más importante: realizar la inversión que su negocio necesitaba en ese momento.

Aspectos positivos:

Aspectos a tener en cuenta:

Hoy, con su tienda actualizada, Marta atiende a más clientas y ha ampliado su catálogo. El préstamo no fue una solución mágica, sino una herramienta estratégica que utilizó con responsabilidad, claridad y planificación.

Tal vez, como Marta, también tengas un proyecto por lanzar o una situación complicada que resolver. No siempre es fácil saber por dónde empezar, pero contar con información clara y herramientas que se adapten a tu realidad puede marcar la diferencia.

Con cabeza fría, planificación y las opciones adecuadas, encontrar una solución posible está más cerca de lo que parece.

No siempre es fácil mantener el equilibrio cuando los gastos se acumulan o surge algo fuera de lo previsto. En momentos así, tener acceso a una solución financiera que se adapte a tus circunstancias puede ofrecer un respiro.

Solicitar un préstamo personal es una decisión que no debe tomarse a la ligera. Aunque puede ser una herramienta útil en muchos casos, es fundamental hacerlo con cabeza fría y teniendo en cuenta algunos puntos clave. Estas recomendaciones pueden ayudarte a tomar una decisión más segura y adaptada a tu situación.

Antes de solicitar cualquier cantidad, reflexiona con sinceridad sobre tus ingresos, tus gastos fijos y tu margen mensual. No se trata solo de si puedes pagar la cuota hoy, sino también de si podrás asumirla de forma constante durante todo el plazo acordado.

Es habitual fijarse solo en el TIN (Tipo de Interés Nominal), pero lo más importante es el coste total del préstamo, que se refleja en la TAE (Tasa Anual Equivalente). Esta incluye comisiones, seguros vinculados y otros gastos. Siempre que compares ofertas, hazlo a partir de la TAE.

Aunque pueda parecer tentador solicitar un importe más alto “por si acaso”, esto implica pagar más intereses a largo plazo. Ajusta la solicitud al gasto concreto que quieres cubrir, sin ampliar innecesariamente la deuda.

Antes de aceptar cualquier propuesta, revisa cuidadosamente el contrato: plazos, comisiones por demora o cancelación anticipada, requisitos adicionales… Cualquier duda que tengas debe resolverse antes de firmar.

Tomarte el tiempo para entender cómo funciona un préstamo puede marcar la diferencia entre una ayuda puntual y una carga innecesaria. La información y la planificación son tus mejores aliadas para avanzar con seguridad.

Aviso: Este contenido es meramente informativo. No ofrecemos asesoramiento financiero y no somos responsables por decisiones tomadas con base en la información aquí presentada. Consulte con la entidad financiera o con un profesional autorizado antes de contratar cualquier producto.